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¿Por qué me mareo al ponerme de pie?

Muchas veces, la gente asume que es solo un síntoma pasajero o consecuencia del cansancio, pero es importante prestar atención a estos episodios.

Foto: ignartonosbg / Pixabay
Foto: ignartonosbg / Pixabay

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Por: Gabriela Colín

LA PAZ, Baja California Sur.- ¿Alguna vez te has levantado de la cama y sentido que el mundo daba vueltas? Aunque muchas personas no le dan importancia, esa sensación de mareo repentino podría ser algo más grave. Este tipo de mareo, que a menudo se acompaña de debilidad o desorientación, que muchos asocian con a altos niveles de estrés prolongado.

Muchas veces, la gente asume que es solo un síntoma pasajero o consecuencia del cansancio, pero es importante prestar atención a estos episodios. Ignorar estos síntomas podría llevar a subestimar una condición que merece atención.

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Además, en nuestra vida cotidiana, con el ritmo acelerado y las múltiples responsabilidades, es fácil pasar por alto señales de nuestro cuerpo que podrían indicar que algo no está funcionando como debería.

¿Qué significan los mareos al levantarse?

Esta condición es más común de lo que te imaginas y puede ser un síntoma de hipotensión ortostática. Este problema, que provoca una caída brusca de la presión arterial al cambiar de posición, afecta a millones de personas en todo el mundo y puede tener un impacto en su calidad de vida.

La hipotensión ortostática no solo puede provocar episodios de mareo, sino que también puede tener un efecto considerable en la vida diaria de quienes la padecen. Desde la dificultad para realizar actividades cotidianas hasta el temor de caídas, sus repercusiones pueden ser serias.

¿Qué la causa?

Este fenómeno, se produce cuando nuestro organismo no logra ajustar de manera adecuada la presión arterial al cambiar de posición.

Normalmente, al pasar de estar acostados a estar de pie, nuestro cuerpo aumenta la presión arterial para garantizar un flujo sanguíneo adecuado al cerebro. Sin embargo, en algunos casos, este mecanismo de compensación falla, provocando una caída brusca de la tensión que puede desencadenar mareos, aturdimiento, e incluso, desmayos.

Las causas de la hipotensión ortostática son diversas y pueden estar relacionadas con diferentes factores, como:

  • Problemas cardíacos: Un corazón debilitado puede tener dificultades para adaptarse a los cambios de posición, lo que favorece la aparición de hipotensión.
  • Enfermedades neurológicas: Alteraciones en los nervios que regulan la presión arterial, como las que se producen en el Parkinson, pueden contribuir a este problema.
  • Medicamentos: Algunos fármacos, especialmente en personas mayores que toman múltiples medicamentos, pueden interactuar y causar hipotensión.
  • Deshidratación: La falta de líquidos puede afectar la presión arterial y aumentar el riesgo de mareos.

¿Cuándo preocuparse?

Si los mareos al cambiar de posición son frecuentes y afectan tu calidad de vida, es importante consultar a un médico. A través de un examen físico y pruebas complementarias, el especialista podrá determinar la causa de la hipotensión y recomendar el tratamiento más adecuado, que puede incluir cambios en el estilo de vida, ajustes en la medicación o, en algunos casos, el uso de fármacos específicos.

¿Existe algún tratamiento?

Aunque no siempre es posible prevenir la hipotensión ortostática, existen algunas medidas que pueden ayudar a reducir sus síntomas, como:

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  • Mantenerse hidratado: Beber suficiente agua a lo largo del día ayuda a mantener la presión arterial estable.
  • Usar medias de compresión: Estas medias pueden mejorar la circulación sanguínea en las piernas y reducir el riesgo de mareos.
  • Evitar cambios bruscos de postura: Levantarse lentamente y esperar unos segundos antes de ponerse en movimiento puede ayudar a prevenir los mareos.
  • Revisar la medicación: Si sospechas que algún medicamento está causando tus síntomas, consulta con tu médico.

Aunque en muchos casos es inofensiva, si los síntomas son persistentes o empeoran, es importante buscar atención médica para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. Incluso para descartar enfermedades neurológicas o cardiacas.

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