Madre de Fanny, desaparecida en Torreón en 2004, la recuerda en su cumpleaños 36
Silvia Ortiz mantiene la esperanza de encontrar a su hija Fanny a 20 años de su desaparición
TORREÓN, Coahuila.- En el marco del cumpleaños número 36 de su hija Fanny, desaparecida el 5 de noviembre de 2004, Silvia Ortiz, madre de la joven, escribió una emotiva carta para recordar los momentos más entrañables de la vida de Fanny y mantener viva la esperanza de encontrarla.
Fanny, cuyo nombre completo es Stephanie Sánchez Viesca Ortiz, desapareció en Torreón a la edad de 16 años. Estudiaba la preparatoria en el Colegio Español y aquel fatídico día salió de su casa alrededor de las 16:00 horas. Según testigos, llegó a la casa de una amiga para pedir dinero prestado después de que le robaran lo del camión. Momentos después, mientras caminaba por la calle 28, entre Morelos y Matamoros, fue interceptada por tres personas a bordo de una camioneta Cherokee, quienes la secuestraron.
Vestía una playera con el escudo de su escuela, pantalones grises con franjas rojas y una mochila de peluche en forma de conejo rosa. A partir de ese día, su familia no ha vuelto a saber de ella.
A lo largo de estos 19 años, diversas versiones han surgido sobre el destino de Fanny. En noviembre de 2021, la madre de Fanny reveló que dos tomos completos, cada uno de mil hojas, que formaban parte del expediente de investigación, desaparecieron, obstaculizando aún más la posibilidad de justicia.
Ante la indiferencia de las autoridades, Silvia Ortiz y Óscar Sánchez-Viesca, padres de Fanny, fundaron el colectivo Grupo Vida, dedicado a la búsqueda de desaparecidos y el acompañamiento a familiares que enfrentan situaciones similares. Sin embargo, después de casi dos décadas, la justicia sigue sin dar respuestas sobre el paradero de su hija.
'POR FAVOR DÍGANME A DÓNDE IR'
En la carta que Silvia escribió para su hija, revive momentos especiales de la infancia de Fanny, recordando cómo su esposo celebró su nacimiento comprando chocolates para todos, y cómo su hija siempre fue tímida, tanto que no quiso tener fiesta de quince años. Incluso en la intimidad de su familia, Fanny mostraba su incomodidad con ser el centro de atención.
Pero el tono de la carta cambia al expresar el profundo dolor que la madre siente por los casi 20 años de incertidumbre. Silvia suplica a quien pueda tener información sobre el paradero de su hija: “Les suplico si saben algo, por favor díganme a dónde ir. La justicia no existe. Yo no diré nada, solo díganme dónde está. Dios verá tu obra y te recompensará”.
La familia de Fanny continúa con la esperanza de obtener alguna pista que les permita saber qué sucedió aquel día. Cada año que pasa, la incertidumbre pesa más, pero Silvia no se cansa de buscar y pedir ayuda.