¿Conoces la historia de la misteriosa pirámide de Ramos Arizpe?
Una peculiar postal se dibuja para los conductores que transitan por la carretera Saltillo - Monterrey en una Pirámide Urbana.
RAMOS ARIZPE, Coahuila. - Ubicada en el corazón del desierto de Coahuila, la pirámide de Ramos Arizpe ha sido, por décadas, un enigma para los locales y turistas que visitan la región.
Aunque no es tan conocida como las majestuosas estructuras de Egipto o las pirámides prehispánicas de México, esta particular edificación se ha ganado un lugar especial en la historia y la curiosidad de quienes han oído hablar de ella.
¿Un intento de atracción turística?
A simple vista, la pirámide parece una construcción fuera de lugar. De aspecto rústico y de tamaño más modesto en comparación con otras edificaciones similares en el mundo, este monumento ha despertado muchas teorías acerca de su origen y propósito. Algunos creen que fue construida por antiguos habitantes de la región, mientras que otros la relacionan con leyendas locales que hablan de civilizaciones perdidas en las tierras áridas del noreste de México.
Sin embargo, más allá de las fantásticas historias que rodean a la edificación, la realidad detrás de la pirámide de Ramos Arizpe es un poco más compleja.
Sin embargo, más allá de la apariencia misteriosa que proyecta, su historia está marcada por el abandono y las promesas incumplidas.
El verdadero fin de la Pirámide de Ramos Arizpe
La construcción de esta pirámide no fue diseñada como un punto de interés turístico. En realidad, la estructura, que data de 2001, fue concebida con un propósito mucho más práctico: ser la sede de la Policía Federal de Caminos, un centro de seguridad vial que fortalecería la vigilancia en la carretera Saltillo - Monterrey.
En su momento, se invirtieron aproximadamente 7 millones de pesos para su edificación, con la intención de mejorar las condiciones de seguridad en la zona, reduciendo accidentes y brindando un espacio estratégico para la atención de emergencias.
A pesar de los planes iniciales, el proyecto no se concretó. La pirámide quedó abandonada durante más de dos décadas, sin cumplir su propósito original.
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Durante años, las administraciones gubernamentales dejaron en el olvido la estructura. En 2014, surgieron planes para que fuera donada al Patronato de Bomberos, lo cual habría permitido darle una función pública. Sin embargo, las negociaciones no prosperaron, y no fue sino hasta 2019 que el Congreso del Estado retomó el caso, aunque hasta ahora no se ha visto un avance concreto en su reactivación.
La pirámide, más que ser un punto turístico, representa un símbolo del abandono de proyectos públicos en Coahuila. Lo que alguna vez fue concebido como un centro de seguridad carretera se ha convertido en un vestigio del desinterés gubernamental.
