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Esta es la historia del pueblo fantasma de Cuatro Ciénegas

El ejido de Reforma ha estado deshabitado desde 1958, siendo considerado el pueblo fantasma de Cuatro Ciénegas.

Por: Ana Escobedo

CUATRO CIÉNEGAS, Coahuila. Las minas de la Reforma fueron descubiertas en 1885. Sus propietarios fueron la familia Ferrara, quiénes la comenzaron a trabajar en 1887, explotando principalmente minerales de plomo, zinc y plata.

 

¿Quiénes fueron los Ferrara?

Los Ferrara son un apellido de origen italiano que ha dejado una huella significativa en la historia de Coahuila, México. Esta familia, a través de varias generaciones, ha estado involucrada en diversos ámbitos, desde la minería y la industria hasta la política y la filantropía.

 

Orígenes y llegada a Coahuila

 Se cree que los primeros Ferrara en llegar a México, especificamente a Cuatro Ciénegas durante la primera mitad del siglo XIX,  fueron inmigrantes italianos que buscaron oportunidades en el país en el siglo XIX y principios del XX. Se dedicaron a la agricultura y a la minería, obteniendo derechos de varias minas de la región. Ellos trasladaban los minerales en carretas hasta Monterrey para que fueran procesado. Es en 1894 donde el tren llega a Cuatro Ciénegas, aumentando la producción. Es en 1920 donde empiezan a administrar la mina la empresa de Peñoles, dando inicio al período de mayor bonanza. 


¿Cuáles fueron sus aportes a Coahuila?

 Los Ferrara han sido reconocidos por sus contribuciones al desarrollo de Coahuila. Algunos de sus aportes más destacados incluyen:

 

El inicio del pueblo fantasma

 Los Ferrara continuaron con la propiedad de la mina, trabajando con Peñoles a base de contratos. Posteriormente participa la Industrial Minera México, haciendo el beneficio de los minerales. Para ese tiempo el mineral de La Reforma era ya un pueblo en donde vivían 400 mineros con sus familias, unas 2 mil personas.

Contaba con templo, escuela, hospital, cine, negocios de varios ramos, cantinas y otras comodidades. Su mina más importante era La Fortuna, la que alcanzó una profundidad de 700 metros.

La mina cerró en 1958 debido a una huelga, ya que la empresa no pudo satisfacer las demandas de los trabajadores. Y así, de un día para otro el poblado quedó vacío, adquiriendo su carácter fantasma que al paso del tiempo se ha ido acentuando. La familia Ferrara sigue siendo la propietaria, sin embargo no existe ninguna señal de que los trabajos algún día se reinicien o vuelvan a vivir en el lugar.