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Del error a la delicia: Platillos creados sin querer, en Coahuila nació este

5 platillos mexicanos que nacieron del error y que hoy en día forman parte de unas de las gastronomías más ricas y queridas del mundo.

Por: Ana Escobedo

SALTILLO, Coahuila. La cocina mexicana es un mundo lleno de sabores e historias fascinantes. Algunos de sus platillos más emblemáticos nacieron por error o accidente, demostrando la creatividad e ingenio de los cocineros mexicanos. Aquí te presentamos cinco de ellos:

 

1. Las jericallas: Un postre celestial con un origen inesperado.

 Este postre tiene muchas versiones sobre su origen, una de ellas cuenta que el postre lleva el nombre del lugar en donde nació una de las monjas que cocinaba para los niños huérfanos del Hospicio Cabañas, ubicado en el antiguo barrio de San Juan de Dios en el centro de Guadalajara. El nombre del pueblo es Jérica, en la comunidad de Valencia en España.

La monja tomó los ingredientes y los mezcló, los puso a hornear y al tener que servir a tantos niños que estaban en el Hospicio Cabañas, lo olvidó dentro del horno y al momento de sacarlo notó que se quemó de la parte superior y así es como la jericalla nos presenta una golosina que evoca el sabor del flan, pero su consistencia es más ligera en la boca, el sabor del dorado que la cubre (a leche quemada) es su principal característica, otorgándole un sabor especial y muy agradable.

De esta manera, la receta y su popularidad se fueron extendiendo poco a poco por las colonias de Guadalajara y otros estados, hasta convertirse en un postre insignia tradicional de ese lugar.


 

2. Los nachos: Un clásico de la comida mexicana con un origen fronterizo.

 Cuando en 1943 un grupo de esposas de militares estadounidenses se acercó al restaurante Viceroy's Club en Piedras Negras, Coahuila, ciudad fronteriza de México con Estados Unidos, el cocinero se encontraba ausente.

Fue entonces cuando el maître, Ignacio “Nacho” Anaya, recurrió a su ingenio, improvisando el sabroso manjar para el deleite de sus clientes.

Derritió queso Wisconsin rallado sobre unas rodajas de jalapeño y totopos (chips de tortilla), lo que denominó “Nachos especiales', un plato que después se conocería a nivel mundial..

 

3. El pozole verde: Un accidente afortunado que dio origen a un sabor único.

 Se dice que el pozole verde surgió en un pueblo de Jalisco por un error culinario. Una cocinera estaba preparando un pozole tradicional de maíz y carne, pero al agregar los chiles, se equivocó de recipiente y tomó chiles verdes en lugar de los chiles rojos habituales. Al probar el resultado, se sorprendió gratamente por el sabor fresco y picante que los chiles verdes habían aportado al pozole. Desde entonces, el pozole verde se ha convertido en una variante popular de este platillo mexicano, apreciado por su sabor único y distintivo.


 

4. Pedos de monja: Unas galletas muy Queretanas

 El origen de los pedos de monja, también llamados pets de monja, se remonta a Barcelona en el siglo XIX, en donde un pastelero italiano creó unas deliciosas galletas a las que llamó petto di monca, que en español quiere decir “pecho de monja”.

Sin embargo, el nombre de este suculento postre experimentó un cambio debido a la pronunciación de los catalanes, puesto que en vez de decir “petto” decían “pedo”, derivando así en el nombre con el que nos referimos a este dulce en México, de acuerdo con el portal La Ruta de la Garnacha.

Pero éste no fue el único cambio que experimentaron los pedos de monja al llegar al país. Una vez que estas galletas arribaron a Querétaro, los habitantes locales desarrollaron su propia receta en la que incluyeron ingredientes como huevo, azúcar, harina, ralladura de limón y cobertura de chocolate,

 

5. El flan: Un postre con un pasado real.

 Aunque el flan no es un platillo exclusivamente mexicano, su historia en México está marcada por un curioso accidente. Se dice que, en el siglo XVII, un cocinero del virrey español se encontraba preparando una crema para el postre. Sin embargo, la crema se cuajó inesperadamente, dando como resultado un postre firme y cremoso. El cocinero, temiendo el castigo del virrey, presentó el postre con recelo. Para su sorpresa, el virrey quedó encantado con el sabor y la textura del flan, convirtiéndolo en un postre popular en la corte virreinal.


Estos platillos son un testimonio de cómo la casualidad y la experimentación pueden dar lugar a creaciones culinarias que se convierten en emblemas de una cultura. ¿Cuáles otros conoces?