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“Alguien acompáñeme a conocer la muerte”, el misterio en la Catedral de Saltillo

El escalofriante caso del suicidio de la Catedral de Saltillo, sucedió en 1975, ha sido de los misterios menos platicados por los habitantes de la ciudad.

Por: Víctor Martínez

SALTILLO, Coahuila. - La capital de Coahuila ha sido poco conocida por sus leyendas e historias ocultas, a pesar de contar con una gran cantidad de historias que contra, desde los míticos túneles de la ciudad, hasta los tesoros escondidos en los ranchos, sin embargo, hoy se abordará uno de los misterios más recónditos del centro de la ciudad. 

Corría el año de 1975 en la Catedral de Saltillo, y el que parecía ser un integrante más de un grupo de personas que arribaban al recinto religioso se separó para subir a lo más alto de la torre principal.

Crescencio Gómez Hernández, un joven de 27 años, fue visto por un oficial de tránsito separándose de un tumulto de gente que para colarse por las escaleras de la torre sur de la iglesia; sin embargo, poco antes de que el uniformado llegara, este se arrojó, terminando así con su vida.


Los diarios locales narraron que poco antes del escalofriante hecho, cuando el joven yacía parado en la orilla del campanario, gritó: “me voy a matar, alguien acompáñeme a conocer la muerte”.  

 Acto seguido, el suelo cercano al recinto sagrado se pintó de sangre y viseras, dado el fuerte impacto que Crescencio sufrió. Por su puesto, las teorías alrededor de su muerte no se hicieron esperar.

De boca a boca se fue creando el rumor de que el hombre vivía en una profunda tristeza por haber sido víctima de la infidelidad de su pareja, otros tantos aseguraban que el motivo de su fatídica decisión se debía a problemas mentales y unos cuantos cheyenes de lo esotérico, decían que el joven fue poseído por entidades malévolas para terminar con su vida.

Como es de esperarse en este tipo de historias, y dado el perturbador desenlace, las razones del actuar de Crescencio Gómez permanecen como un misterio.

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